PARÍS EN AGOSTO
No fue Paris el milagro, ni las luces del Folies Bergere,
tampoco la luna de agosto
reflejando en el Sena la luz de un Van Gogh.
Paseando por Saint Germain,
contemplando asombrado el sueño de Eiffel,
mi corazón fue tomado preso en La Bastilla de tu piel.
Y eso sí que es un milagro, que a mis años aún eche un farol
sabiendo que juegan seis ases entre Eros y Platón.
Y eso sí que es temerario, como un templario en Notre Dame
voy a ofrecer mi calvario al ne me quitte pas de Brel.
No fue Paris el milagro, ni la sonrisa de la Mona en el Louvre,
tampoco fue aquel sol de agosto
que pintaba un Monet en cada rincón.
Soñando en el Moulin Rouge
con la mirada ebria del tullido Toulouse,
mi corazón cayó en el exceso de la absenta de tu olor.
( Estribillo )
Ne me quitte pas, ne me quitte pas, mamuaselle,
si yo ya sé que al final como a Bogart
sólo me quedará por siempre Paris.